Me alegro de estar con usted nuevamente, esta semana estoy continuando con el mismo tema que empecé la semana pasada “Cómo ponerse de acuerdo con Dios”. He dicho que estar de acuerdo con Dios involucra un cambio radical en nuestra manera de pensar y el nombre bíblico para ese cambio radical es: “Arrepentimiento”, este cambio se hace posible al recibir la palabra de Dios en nuestros corazones y en nuestras mentes, al hacer esto los caminos y los pensamientos de Dios reemplazan los nuestros y este cambio de nuestra manera de pensar se vuelve una realidad en nuestra experiencia.

He sugerido cuatro áreas básicas que se incluyen en este cambio en nuestro pensamientoPrimero: ObjetivosSegundo: PrioridadesTercero: ActitudesCuarto: Categorías

En el área de los objetivos, he mencionado lo que creo son dos objetivos principales de Dios en todo su trato con la creaciónEl primero es su propia gloria y satisfacción; todo en el universo está diseñado para darle gloria y satisfacción a Dios.Segundo la excelencia; y tomé el ejemplo de la creación donde Dios revisó todo lo que había creado, etapa por etapa y no siguió adelante hasta que vio que era bueno y como la totalidad de la creación no solo era buena sino que era buena en gran manera. Ese es un patrón que se aprecia en todo el trato de Dios.

Y en el área de las prioridades he indicado que creo que hay dos prioridades básicas de DiosPrimero, la venida del reino de Dios, y esa prioridad está incluida en el comienzo de la oración de Jesús “Venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra”, estamos orando por la venida del reino de Dios a la tierra.

La segunda prioridad es lo eterno antes que lo temporal, Dios nunca sacrifica una fracción de la eternidad por el periodo más largo de tiempo, Él siempre trabaja con lo eterno en mente, y cuando está trabajando con nosotros, trabaja las cosas para nuestro bien eterno, para hacernos las mejores personas en nuestro carácter para la eternidad.

Hoy voy a hablar sobre cómo compartir las actitudes de Dios, y esto también es una parte vital para poner nuestros caminos y pensamientos en línea con los de Dios.Quiero sugerir una actitud que creo es de tremenda importancia para Dios y decisiva en su trato, y es una actitud que la mayoría de los cristianos tienden a ignorar, así que puede sorprenderle cuando se la diga.La actitud en Dios de la que voy a hablar ahora es lo que yo llamo “Infinita atención al detalle”.

En el universo tenemos lo que se llama en macrocosmos, la gran totalidad; y tenemos en microcosmos, la pequeñísima parte en algún lugar, el pequeño insecto, el granito de arena, la gota de agua, y más pequeño aún, el átomo, el protón, el neutrón, el electrón. Pero no importa lo pequeños que puedan ser, cada uno exhibe exactamente el mismo principio, exactamente el mismo cuidado y exactamente la misma sabiduría; Dios no disminuye su cuidado cuando una cosa sea más pequeña, Él no tiene la actitud de “Si es más grande es importante, pero si es pequeño no es importante”, y muchos de nosotros tenemos esa actitud, y no vemos a Dios porque nuestra actitud no está en línea con la de Él.

Alguien dijo una vez: El genio es una capacidad infinita para el esmero”, yo creo que ese es el genio de Dios, Dios tiene literalmente una capacidad infinita para esmerarse tanto en la cosa más pequeña del universo como en todo el universo. Jesús enseñó esto en un sentido práctico en Lucas 16, versículo 10, y voy a leer de dos versiones diferentes porque creo que cada uno resalta un aspecto de toda la verdad. Lucas 16:10:

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Otra versión dice: El que puede ser confiado con lo poco, puede ser confiado con lo mucho; y el que es deshonesto con lo muy poco, será también deshonesto con lo mucho.”

Allí está el principio, si usted no es fiel con lo que es pequeño, no podrá ser confiado con lo que es grande; Dios siempre prueba nuestra fidelidad, primero con cosas pequeñas, si no pasamos la prueba, podemos promovernos, podemos buscar subir la escalera del éxito, pero nunca nos ganaremos la promoción de Dios.Encuentro que hay muy pocos cristianos que entiendan este principio de que Dios examina los detalles más pequeños de nuestras vidas y que solo cuando puede pasarlos, estará listo para promovernos a cosas más importantes.

Esto se resalta en una parábola muy conocida, la parábola de los talentos que está en Mateo 25, versículos del 14 al 30, la leeré rápidamente porque está muy bien explicada

“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. – Note que Dios algún día va a arreglar cuentas con nosotros - Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. – Note el orden, fiel en lo poco, sobre mucho te pondré - Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. – la respuesta fue la misma - Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;  por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.”

¿Porqué? … Mi respuesta es porque no fue fiel en lo poco, él pensó que no importaba, Dios le daba tremenda importancia y pienso que es muy significativo que las personas que tienen menos talentos son los que más comúnmente cometen ese error.

La tremenda atención que Dios da a los detalles y a las cosas pequeñas, también está ilustrada en otra enseñanza de Jesús, por ejemplo en Mateo capítulo 10, versículos 29 y 30, Jesús dice:

“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados.”

Vea bien que ningún pajarillo cae a tierra sin el Padre, alguien dijo una vez algo que siempre me acuerdo: Dios Toma el tiempo para ir al funeral de un pajarillo, podríamos pasar inadvertidos del cuerpo de un pajarillo, pero a Dios si le importa ese pequeño e insignificante pajarillo.Esto lo resalta Jesús aún más en Lucas capítulo 12, versículos 6 y 7:

“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. – Él dijo en Mateo que dos pajarillos eran vendidos por un cuarto, aquí dice que cinco pajarillos eran vendidos por dos cuartos, así que el quinto pajarillo es gratis, en vez de ser solo cuatro pajarillos por dos cuartos, el quinto es regalado. Y Jesús dice: Aún ese quinto pajarillo que es regalado, no será olvidado por Dios. ¿No es eso asombroso?, ¿No le hace sentirse mejor?, Jesús continúa diciendo - Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. – Dios conoce cada cabello de su cabeza, ¿no es sorprendente?, ahora dice: - No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.”

Yo creo que no vamos a apreciar verdaderamente lo que Dios siente por nosotros si no entendemos primero la infinita atención y cuidado que Dios le da a las cosas pequeñas. Si Dios cuida tanto del quinto pajarillo, cuanto más cuidará de usted y de mí, sino a prendemos a compartir las actitudes de Dios, no vamos a entender su actitud hacia sus hijos.

Solo un ejemplo más de la atención que le pone el Señor a los detalles que siempre me ha bendecido. Una vez Jesús le dio de comer a cinco mil hombres más las mujeres y los niños con dos panes y cinco peces; todos comieron suficiente y sobró mucho, y el final de este relato en Juan 6:12 dice:

“Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron para que no se pierda nada.”

He comentado algunas veces que Jesús fue el primero en preocuparse porque el lugar quedara limpio, sus discípulos se hubieran ido y hubieran dejado todo en el suelo, Jesús dijo: Recoged los pedazos que sobraron para que no se pierda nada, esa es la actitud de Dios, que no se pierda nada.

Nuestro tiempo por hoy ha terminado, regresaré mañana a la misma hora, para continuar con este tema de “Cómo compartir las actitudes de Dios”.

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