Me alegro de estar nuevamente con usted al finalizar otra semana, nuestro tema para esta semana ha sido “Cómo ponerse de acuerdo con Dios” , espero que lo haya inspirado.

En mis charlas de esta semana he explicado que Dios nos invita a caminar con Él, esa es una forma de comunión que Dios quiere tener con el hombre, pero esto significa que tenemos que estar de acuerdo con Él, porque la Biblia dice “¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?, estar de acuerdo significa armonizar, poner nuestros caminos y pensamientos en línea con los de Dios. La palabra bíblica para cambiar nuestro pensamiento de esa manera es “Arrepentimiento”, y ese es siempre el primer paso de la reconciliación con Dios; mientras nuestros pensamientos y caminos no estén en armonía con los de Dios, no estaremos completamente reconciliados con Dios. Así que para estar reconciliados con Dios tenemos que cambiar nuestra manera de pensar y eso es arrepentirse, cuando hacemos esto, cuando cambiamos nuestra manera de pensar y empezamos a pensar como Dios lo hace, la Biblia tiene una palabra para esto, la palabra es “meditación”, empezamos a meditar en términos de la ley, de la palabra y de los pensamientos de Dios, y la buena meditación abre la puerta al favor y la bendición de Dios.

Cambiar nuestros caminos y nuestros pensamientos puede ser presentado bajo cuatro títulos principales o cubre cuatro áreas básicas, y son las 4 áreas básicas que ya he sugerido. Primero: Objetivos; Segundo: Prioridades; Tercero: Actitudes; Y Cuarto: Categorías. Si vamos a estar de acuerdo con Dios, a armonizar con Él, a pensar como Él, entonces hay cuatro áreas en las que tenemos que cambiar y traer cada una en línea con Dios: Primero, Objetivos; Segundo, Prioridades; Tercero, Actitudes; Cuarto, Categorías.

En mi charla de ayer empecé a compartir lo que yo creo es el primer y último objetivo de Dios en su propia gloria y satisfacción, y está resumido en las hermosas palabras de alabanza y adoración en Apocalipsis 4:11, donde toda la creación exclama con estas palabras:

“Señor digno eres de recibir la gloria, y la honra y el poder – Note que la primera palabra en la lista es gloria – porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad – o tu placer – existen y fueron creadas.”

Así que es para la gloria y el placer de Dios, ese es el objetivo principal y último de todo lo que hay en el universo.

Hoy voy a compartir sobre un segundo objetivo principal de Dios que yo llamo “Excelencia”. La excelencia es uno de los objetivos de Dios, para un ejemplo de esto voy a leer el relato de la creación en el primer capítulo de Génesis, y quiero apuntar que después de cada etapa en la creación, siguió una inspección divina, Dios inspeccionó su propia obra, y solo hasta que estuvo satisfecho con su excelencia, continuó con la siguiente fase. Así que sigamos este proceso de la creación, resaltando los versículos claves en Génesis 1, primero versículos 3 y 4.

“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.”

Él revisó la luz, se ajustaba a sus principios, era buena.

Ahora Génesis 1:10:

“Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.”

Estaba satisfecho con la tierra y los mares. Génesis 1:12:

“Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.”

Esa es la vegetación, también pasó la inspección de Dios, era buena. Luego Génesis 1:16 al 18:

“E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; - esas son el sol y la luna - hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.”

Tuvo que pasar su inspección, estar de acuerdo con la regla. La criaturas vivientes, Génesis 1:21:

“Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.”

Los peces, los reptiles, las aves, todos tuvieron que pasar la inspección de Dios, llenar los requisitos de Dios. Génesis 1:25:

“E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno”

La creación animal, nuevamente tuvo que pasar inspección, no seguía adelante hasta no estar satisfecho que se cumpliera su norma de excelencia, la inspección de Dios. Pero ahora, llegamos al clímax, y la fraseología aquí es muy significativa, en Génesis 1:31:

“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.”

Note que al final, no solo era bueno, era bueno en gran manera, y creo que esto resalta un principio muy importante, cada parte era buena, pero toda la creación cuando estuvo completa, era buena en gran manera. El principio es que el todo es más que la suma de las partes, cada parte era buena, pero cuando se juntaron todas las partes en armonía con el diseño y el propósito de Dios, el todo completo era mejor que cada una de las partes individuales. Cada parte, cada fase, cada sección era buena, pero todo completo era bueno en gran manera. El principio es: El todo es más que la suma de las partes.

Cuando entendamos estos dos objetivos de Dios que he estado mencionando; primero su propia gloria, y segundo, la excelencia, y que todo en el universo tiene que cumplir el requisito de excelencia de Dios, entonces entenderemos verdaderamente, tal vez por primera vez la verdadera naturaleza del pecado. El pecado en esencia es no lograr alcanzar los objetivos de la creación; primero, la gloria de Dios y segundo, la excelencia. Si usted no lo ve en ese contexto, tendrá un concepto muy incompleto y superficial de lo que es el pecado. Lo repetiré, el pecado es no alcanzar los dos objetivos principales del creador, primero su propia gloria y segundo, la excelencia. Pablo dice esto con mucha sencillez, en un pasaje muy conocido en Romanos capítulo 3, versículo 23, donde dice:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”

esa es la naturaleza del pecado, está destituida o no alcanza la gloria de Dios; no logra su norma de excelencia. Muchas personas son buenas moralmente, no matan, no adulteran, no roban; ellos dice: Yo no soy un pecador!; eso es porque no entienden la naturaleza esencial del pecado, en esencia el pecado es vivir una vida que le roba la gloria a Dios y que falla en alcanzar su norma de excelencia.

Ahora, ¿Cómo podemos devolverle la gloria a Dios que nuestros pecados han robado?, la Biblia tiene una respuesta y es importante que la veamos, Pablo nos da la respuesta en Romanos capítulo 4, versículos 20 y 21, donde habla de Abraham como nuestro patrón y como el padre de todos los verdaderos creyentes y esto es lo que dice de Abraham:

“Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.”

Abraham le dio la gloria a Dios, cumplió el propósito del creador, ¿Cómo lo hizo? … por su fe; no pudo haberlo hecho con moralidad y justicia porque todos hemos pecado, pero saliendo de su pecado, al volverse a Dios con fe y creyendo que Dios podía hacer lo que había prometido, empezó a darle la gloria a Dios. Así que la fe le devuelve a Dios la gloria que nuestro pecado le ha robado. Por otro lado, la incredulidad sigue robando a Dios su gloria, una cosa más que es importante, la fe nos capacita para alcanzar la excelencia, esto lo declara el apóstol Pedro en 2 Pedro capítulo 1, versículo 5, habla a cristianos que se han convertido:

“… Por esto mismo añadid a vuestra fe virtud”

La palabra que se traduce aquí como virtud, en realidad, en su significado básico, en el lenguaje griego se traduce normalmente como: excelencia, algunas traducciones dicen: excelencia moral; eso es bueno, pero no creo que esté completo, yo creo que Dios quiere excelencia en cada área, esa era su norma en la creación, nunca la ha bajado. Y la maravillosa verdad de la fe, es, cuando tenemos fe en Dios y en su poder de hacer lo que ha prometido, de esa fe podemos añadir excelencia, así que la fe alcanzó los dos objetivos que el pecado nunca pudo alcanzar. Primero: Le da gloria a Dios. Segundo: Nos permite alcanzar la norma de Dios de excelencia.

Nuestro tiempo por hoy ha terminado, pero regresaré la próxima semana a la misma hora, de lunes a viernes para continuar con este mismo tema “Cómo ponerse de acuerdo con Dios”.

Como
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