Me alegro de estar nuevamente con usted en el comienzo de otra semana, para compartir más “Llaves para vivir con éxito”, que Dios ha puesto en mis manos a través de muchos años de experiencia personal y de ministerio cristiano.

El tema para estas semanas será: Cómo ponerse de acuerdo con Dios, estaré explicando uno de los requisitos básicos para tener éxito en la vida.

El Nuevo Testamento es en esencia una invitación para tener comunión con Dios y con los apóstoles, esto está dicho muy claramente al comienzo de la primera epístola de Juan capítulo 1, versículos del 1 al 3

“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida – Juan está hablando aquí del Verbo hecho carne, de Jesús, y sigue en el versículo 2- (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); - comprenda que está hablando de Jesús, ahora sigue - lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”

Juan es uno de los apóstoles en el Nuevo Testamento que escribieron su testimonio y relato personal de lo que vieron y experimentaron con Jesús, y luego dice la razón del porqué el relato de Nuevo Testamento nos ha sido trasmitido por los apóstoles; el mayor propósito está en el versículo 3 “Para que también vosotros tengáis comunión con nosotros – los apóstoles – y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su hijo Jesucristo. De esa manera, el Nuevo Testamento es una invitación a tener comunión con los apóstoles y la comunión que ellos tienen es con el Padre y con el Hijo Jesucristo. Así que lo pondré de esta manera; el Nuevo Testamento es una invitación de Dios escrita por mano de los apóstoles para entrar y disfrutar de la comunión que Dios el Padre, y Dios el Hijo tienen eternamente; es una invitación para entrar y disfrutar de la eterna comunión del Padre y el Hijo, ese es el propósito principal para el que fue escrito el Nuevo Testamento. Y si no entramos en esa comunión, entonces no hemos entendido su propósito. Y luego en relación a eso Juan agrega un propósito más para sus escrituras en el versículo 4

“Estas cosas os escribimos para que vuestro gozo sea cumplido”

el resultado de entrar en esta comunión es la plenitud de gozo y si nos quedamos cortos en la comunión, entonces no tendremos la plenitud de gozo que Dios quiere que tengamos y que Él nos ha hecho accesible a través del Nuevo Testamento. Recuerde qué propósito principal es la comunión con Dios, una manera en que la Biblia describe esta comunión y que isa mucho de una forma o de otra, es la frase “Caminar con Dios”, caminar juntos es una forma común de tener comunión. Yo creo que la gente no aprecia cuanta comunión se puede tener al caminar juntos, mi esposa y yo caminamos juntos casi todos los días, y encontramos simplemente que caminar y sincronizar el paso y armonizar nuestros pensamientos, nuestra comunión se fortalece y se profundiza, esa es una ilustración sencilla y pequeña. Yo pienso en lo que Dios quiere que tengamos con Él, quiere que caminemos con Él, quiere que armonicemos con Él, quiere que nuestra comunión se profundice.

En Miqueas capítulo 6 versículo 8, Dios habla y establece ciertos requisitos para este tipo de comunión que se llama Caminar con Dios

“Oh hombre, bien te ha sido declarado lo que es bueno, y lo que de ti pide Jehová: hacer justicia, amar el bien, y caminar en la presencia de Dios.”

De forma más literal el hebreo dice: Humillarse para caminar con Dios. Así que, ¿Cuáles son los tres requisitos que Dios pide allí? Primero: Hacer justicia Segundo: Amar el bien o la misericordia Tercer: La humildad Dios dice que si cultivamos esos tres aspectos del carácter: La justicia, la misericordia, y la humildad, el resultado será que podremos caminar con Dios, tener comunión con Él.

En el principio del Antiguo Testamento, el primer gran santo de Dios, después de todos los eventos tristes relacionados con la caída del hombre, fue Enoc, y es mencionado en el Antiguo Testamento como un hombre sobresaliente de Dios. Y esto es lo que dice Génesis de Enoc en el capítulo 5, versículos del 21 al 24

“Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.”

El gran hecho sobresaliente de la vida de Enoc, registrado para nosotros en la Biblia es que Enoc caminó con Dios y un día simplemente desapareció, alguien dijo que un día después de que habían caminado juntos por 300 años, el Señor le dijo a Enoc: Estamos mucho más cerca de mi casa que de la tuya, ¿porqué no vienes a casa conmigo? Y Enoc se fue; esto es solo una teoría.

Ahora quiero tomar lo que dice el Nuevo Testamento de Enoc, en Hebreos 11:5

“Por la fe, Enoc fue transpuesto para no ver muerte, y no fue hallado porque lo transpuso Dios; y antes que fuese transpuesto tuvo testimonio de haber agradado a Dios.”

¿Cómo agradó Enoc a Dios? … Caminando con Él. ¿Cómo caminó con Dios?... por fe. Ese es el propósito de Dios es la invitación de Dios para tener comunión con Él, que se expresa caminando con Él.

En mis charlas de esta semana voy a tratar con un gran requisito básico para caminar con Dios que es: Estar de acuerdo con Dios, esto está dicho muy claramente en Amós 3, versículo 3, que es una pregunta

“¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?”

El estar de acuerdo significa armonizar en nuestras maneras y nuestros pensamientos, así que no podemos caminar con Dios si no aprendemos a armonizar con Dios, con sus maneras y sus pensamientos. Sin embargo la Biblia también hace claro que por naturaleza los caminos y los pensamientos de Dios son diferentes de los nuestros; esto lo declara con gran énfasis y claridad en el capítulo 55 de Isaías, versículos del 6 al 9 donde Dios habla a través del profeta y dice:

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano, deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, vuélvase a Jehová el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro el cual será amplio en perdonar.” Note que cuando nos volvemos a Dios, no es suficiente volverse en lo externo, lo que verdaderamente importa es lo que está en nuestro interior y nuestros pensamientos, eso es lo que debemos dejar, nuestros caminos y nuestros pensamientos para poder volvernos a Dios, relacionarnos con Él y ser reconciliados. Y ahora Dios nos dice porqué “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos, más altos que vuestros caminos y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos.”

Dios dice clara y enfáticamente: “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”, la manera en que ustedes piensan no es la manera en que yo pienso, sus caminos naturales, dice Dios a los hombres, no están en armonía con los míos; en realidad dice que hay un enorme abismo como son más altos los cielos que la tierra, y esa es la medida del abismo entre los caminos y los pensamientos de Dios y los nuestros.

Ahora necesitamos descubrir otra verdad muy importante en conexión con esto, que en realidad es muy sencilla y muy obvia; sin embargo, debe ser mencionada. Está en Malaquías capítulo 3, versículo 6, Dios dice:

“Porque yo Jehová no cambio”

Estoy seguro de que cuando meditamos en eso lo vemos muy obvio, es bueno que Dios nunca cambia porque Él es perfecto y cualquier cambio que sucediera sería para lo peor, pero Dios es inmutable, Él no cambia, y sus caminos y sus pensamientos no van a ser modificados, no serán ajustados, ni serán alterados. Eso nos deja solo una opción para usted y para mí, si queremos estar de acuerdo con Dios, si queremos que nuestros caminos y pensamientos en línea con los de Dios, ¿Cuál es la única opción lógica que queda?, está muy claro, Dios nunca cambia, sus caminos y sus pensamientos no son los nuestros, así es que solo hay una posibilidad y es que nosotros cambiemos nuestros caminos y nuestros pensamientos, esa es la única manera que podemos estar de acuerdo con Dios, y por lo tanto es la púnica manera que podemos caminar con Dios, porque la Biblia dice: ¿Pueden caminar dos juntos si no están de acuerdo?, ¿si no están en armonía el uno con el otro?... Tiene que haber un cambio profundo y radical en nuestros caminos y pensamientos.

Mañana explicaré esto completamente, pero, nuestro tiempo por hoy ha terminado, estaré con usted mañana a la misma hora, para hablar de cómo ha hecho Dios posible que pongamos nuestros caminos y pensamientos en línea con los de Él.

Como
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