La responsabilidad de los padres

Derek Prince
*Last Updated: diciembre de 2025
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Me alegro de estar nuevamente con usted para continuar con nuestro tema de esta semana “Dios es un casamentero”. Este tema revela el plan de Dios para el matrimonio y cómo puede ajustarse a este.
En mis charlas de esta semana he compartido con usted las condiciones que necesita cumplir si en realidad desea experimentar el matrimonio en el nivel más alto de la voluntad de Dios.
Lo primero y lo más importante: Debe caminar a la luz de la Palabra de Dios, la Biblia. Esto inmediatamente excluye el matrimonio con un incrédulo, no hablo de aquellos que se convirtieron después del matrimonio, sino de aquellos que tienen la libertad de escoger con quien casarse. la Biblia excluye aún considerar el matrimonio con alguien incrédulo.
Con base a la obediencia de la Palabra de Dios, mencioné luego siete pasos que necesita dar si desea lo mejor de Dios en el matrimonio. Estos son brevemente los siete pasos:
- Creer el propósito de Dios para usted. Viva toda su vida en base a la fe, los justos vivirán por la fe.
- Entregue su cuerpo totalmente a Dios. Ponga su cuerpo sin reservas en el altar de Dios, el altar santificará todo aquello que allí esté y usted podrá entrar en el matrimonio con un cuerpo santificado.
- Esté preparado para morir y resucitar, con frecuencia al hacer un compromiso las cosas son contrarias a lo que usted esperaba. Ese es el proceso de muerte. Si usted se somete, Dios lo resucitará en su vida de una manera hermosa.
- Cultive buenas amistades y una buena comunión porque generalmente, aunque no siempre, se casará con alguien con quien haya tenido una amistad. Si cultiva malos amigos es muy probable que se case con la persona equivocada.
- Reconozca su valor, usted es la obra maestra de Dios. Usted es hechura de Dios, no se rebaje.
- Esté preparado a esperar. Imite a aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas de Dios. No es solo fe. Es fe y paciencia. Dios tiene un tiempo para cada cosa. Tiene una fecha marcada en su calendario eterno para que usted se case en su voluntad. No se adelante.
- Sea sensible al Espíritu Santo. En alguna parte Dios tiene una cita para usted. Si usted deja que el Espíritu Santo le guie día a día no se perderá esa cita. Conocerá al compañero o compañera que Dios ha escogido para usted.
Hoy trataré de la naturaleza del matrimonio. en Efesios 5:32 Pablo dice que: El matrimonio es un misterio. Es un secreto en el que tenemos que prepararnos. Muchas personas entran en el matrimonio sin saber a los que se comprometen o lo que se requerirá de ellos. Esta es una de las razones principales por la que muchos matrimonios fracasan. La clave para entender este misterio del matrimonio está en la Biblia, ella nos revela la naturaleza esencial del matrimonio, de que el matrimonio es un pacto, esto es lo más importante que usted tiene que saber acerca del matrimonio.
El pacto es uno de los temas principales en la Biblia. La misma palabra que se traduce como “pacto”, también se traduce como “Testamento”. Por lo tanto, toda Palabra de Dios viene a nosotros en la forma de dos pactos o dos testamentos, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Obviamente necesitamos entender la naturaleza del pacto si en realidad queremos comprender la naturaleza del matrimonio.
Quiero mencionar tres características relevantes acerca del pacto. Primero, se entra en un pacto por medio de un sacrificio. Sin sacrificio no hay pacto. Segundo, los que entran en pacto deben entregar sus vidas el uno por el otro. Tercero, un pacto requiere un compromiso total y eso es cierto del matrimonio. El matrimonio no es una prueba, es un compromiso. Si se habla de un matrimonio a prueba se está contradiciendo las palabras. Si está probando este no es un matrimonio.
Para los cristianos, el sacrificio por el que deben entrar al matrimonio es la muerte expiatoria de Cristo a nuestro favor. Ahora voy a leerle una porción de mi libro “El pacto del matrimonio” que dice esto lo más claramente que me es posible decirlo. Esto es lo que digo en “El pacto d matrimonial”
“El sacrificio sobre el cual, el pacto del matrimonio cristiano está basado, es la muerte de Jesucristo a nuestro favor. Él es el sacrificio a través del cual, por la fe, un hombre y una mujer puede entrar en la relación de matrimonio, como Dios ordenó que fuese. Así como el Señor y Abram pasaron entre los pedazos de los animales muertos. En el matrimonio, un hombre y una mujer pasan a través de la muerte de Jesucristo, a una vida y una relación totalmente nueva, que habrían sido imposibles sin la muerte de Jesucristo. El pacto del matrimonio cristiano se hace al pie de la cruz.Hay tres fases sucesivas en el establecimiento de esta relación. Primero, se tiene que entregar la vida. Cada uno entrega su vida por el otro. El esposo mira atrás, a la muerte de Cristo en la cruz, y dice: “Esa muerte fue mi muerte”. Cuando pasé a través de la cruz, yo morí. Ahora, ya no vivo más para mí”. La esposa igualmente mira a la cruz y dice lo mismo: “Esa muerte fue mi muerte”. Cuando pasé a través de la cruz, yo morí. Ahora, ya no vivo más para mí”.Desde ahora en adelante, ya no tienen nada que sea “mío”. Todo lo que el marido tiene es para la esposa. Todo lo que la esposa tiene es para el marido. Sin ningún tipo de reserva. Es una fusión, no una sociedad.Segundo, tras esa muerte viene una nueva vida. Cada uno ahora vive esa nueva vida en y a través del otro. El marido dice a la esposa: “Mi vida está en ti. Yo estoy hacienda una realidad de mi vida a través de ti. Tu eres la expresión de lo que yo soy”. Igualmente, la esposa dice al marido: “Mi vida está en ti. Yo estoy haciendo una realidad de mi vida a través de ti. Tu eres la expresión de lo que yo soy”.Tercero, el pacto es consumado por la unión física. Esto a su vez, más adelante, trae fruto que continúa la nueva vida que cada uno ha estado deseando compartir con el otro. En toda la esfera de las criaturas vivientes, Dios ha establecido este principio básico: sin la unión, no puede haber fruto. El pacto lleva a compartir la vida y la fertilidad; una vida que no es compartida permanece estéril y sin fruto.Esta forma de acercarse al matrimonio, que Dios lo ve en términos de pacto, difiere mucho de la actitud con que la mayoría de las personas hoy en día entran al matrimonio. Básicamente, la actitud de nuestra cultura contemporánea es, “¿Qué puedo conseguir yo? ¿Qué hay en todo esto para mí?” Creo que cualquier relación tomada con esta actitud está condenada a terminar en el fracaso. El que se acerca al matrimonio como en un pacto no pregunta, “¿Qué puedo conseguir?” Más bien él pregunta, “¿Qué puedo dar yo?” Y él prosigue para contestar su propia pregunta: “Yo doy mi vida. La entrego para ti, y entonces encuentro mi nueva vida en ti”. Esto se aplica igualmente a cada parte —al esposo y a la esposa. Para la mente natural, esto suena ridículo. Aun así, este es, de hecho, el secreto de la vida, la felicidad y el amor real”.
Esa es una porción de mi libro “El pacto matrimonial”.
Quiero tomar algunos minutos para aplicar en una manera práctica los principios que mencioné de esa parte en mi libro.
Primero, el compromiso es la clave. Y en el matrimonio cristiano tiene que haber un compromiso de ambos lados. El primer compromiso es de cada uno con Jesucristo. Allí es donde empieza todo. Solo a través del compromiso con Jesús se desata la gracia de Dios en una vida que hará una posibilidad real el tipo de matrimonio que Dios quiere.
El segundo compromiso es el uno con el otro. Nuevamente, el compromiso desata la gracia que se necesita. Dios lo ha arreglado de esta manera. Esa es la razón por la que un matrimonio a prueba no tiene sentido. Donde no hay un compromiso real y permanente, no se libera la gracia de Dios y sin ella, el matrimonio en el nivel de la voluntad de Dios es imposible para nosotros, los pobres seres humanos. Pero Dios lo ha arreglado de esta manera que si hacemos el compromiso a través de Él, la gracia necesaria se desata en nuestras vidas.
Luego, mi comentario final sobre esto es que, “dar” debería ser el motivo y no “recibir”, Jesús dijo “Más bienaventurado –o dichoso - es dar que recibir”. No hay ningún área de la vida en la que esto sea más real que en el área del matrimonio. El matrimonio no consiste en conseguir algo más barato, no es “¿qué puedo obtener yo?, ¿qué me gustaría a mí?, ¿qué me podría satisfacer más?, ¿qué puede hacer mi esposo o mi esposa que me pueda hacer feliz?”El matrimonio es “¿Qué puedo dar?, ¿Cómo puedo suplir las necesidades de mi compañero o compañera?, ¿Cómo puedo hacerlo o hacerla feliz?, ¿Cómo puedo desarrollar todo el potencial de esta persona que Dios tan soberanamente me ha encomendado?
Observe que la evidencia de un esposo feliz es su esposa, y la evidencia de una esposa feliz es su esposo. Cuando el esposo se agarra todo para sí mismo, esto frustra a su esposa y ella no es gloria ni corona para él e igualmente a la inversa. Es una entrega mutua de una vida, el uno para el otro y ambos para Cristo. Ese es el principio que hará que funcione un matrimonio.
Código: RP-R068-104-SPA