El derramamiento del amor divino

Derek Prince
*Last Updated: diciembre de 2025
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Me alegro de estar nuevamente con usted en la continuación de nuestro tema “El Espíritu Santo en usted”.
Hemos visto las varias maneras en las que el Espíritu Santo nos brinda ayuda sobrenatural para vivir la vida que el Nuevo Testamento revela como el plan de Dios para su pueblo creyente.Hasta ahora hemos visto las siguientes formas específicas de ayuda que recibimos del Espíritu Santo.Primero nos trae revelación e interpretación de la Palabra de Dios, ambas la escrita, la Biblia y la personal, el Señor Jesucristo.Segundo, a través del Espíritu Santo somos elevados a un nivel de vida sobrenatural, gustamos de los poderes de la era venidera.Tercero, el Espíritu Santo nos da dirección y poder sobrenatural en la oración.Cuarto, el Espíritu Santo imparte vida y salud sobrenatural para nuestros cuerpos físicos.
Hoy voy a hablar de las bendiciones mas grandes y maravillosas que el Espíritu Santo nos ofrece “es el derramamiento del amor de Dios en nuestros corazones”. Quiero buscar primeramente en Romanos, capítulo 5 y leer los primeros cinco versículos:
1 Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.3 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. 5 Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado
En el versículo 5 encontramos el clímax: “Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado”.
Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado
Pablo traza algunas etapas de la progresión espiritual en esos cinco versículos, las cuales quiero repasar brevemente:
La primera etapa es que tenemos paz con Dios.Segundo, tenemos entrada por la fe a la gracia de Dios.Tercero, nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios, la esperanza de algo futuro.Cuarto, nos regocijamos también en las tribulaciones, si las recibimos con la actitud correcta las tribulaciones producen buenos resultados en nosotros Y Pablo hace enumera tres resultados sucesivos del sufrimiento, soportado en la actitud correcta: El primero, paciencia o perseveranciaEl segundo, prueba o carácter probadoY el tercero, esperanza. Voy a repetir esa lista sin detenerme para explicar los detalles: Paz con Dios, entrada a la graciaEntrada por fe a la gracia de DiosRegocijo en la esperanza de la gloria de Dios, regocijo en las tribulaciones.PerseveranciaCarácter probadoY esperanza. Entonces llagamos al clímax: el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Aquí la palabra que se traduce “amor”, allí en el griego es el término “ágape”, que en el Nuevo Testamento generalmente está, aunque no siempre, se limita al amor de Dios. Usualmente, el amor ágape no es humanamente alcanzable sino por el Espíritu Santo. En la mayoría de los casos, el hombre natural no puede producir esta clase de amor ágape.
Mas adelante, Pablo define la naturaleza de esta clase de amor ágape. Él explica cómo fue manifestado en Dios y en Cristo.Romanos 5, versículos 6 al 8:
6 Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. 7 Porque difícilmente habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. 8 Pero Dios demuestra su amor [su amor ágape] para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pablo dice que cuando Cristo murió por nosotros, había tres palabras que nos describían allí: Débiles, impíos, pecadores. Este es el amor ágape, el que se entrega a sí mismo sin poner condiciones previas. No es un amor que dice que usted tiene que ser bueno, o hacer esto o aquello. Se da gratuitamente y aun al que menos lo merece, al más desvalido y los más indignos.
Ahora veremos en el Nuevo Testamento las varias fases en las que se produce en nosotros el amor ágape.Primero es el producto del nuevo nacimiento. En 1ra Pedro, 1:22-23, leemos:
22 Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro. 23 Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece (NBLA)
La posibilidad de amar así se origina con el nuevo nacimiento: el nuevo nacimiento de la simiente eterna e incorruptible de la Palabra de Dios que produce en nosotros una nueva clase de vida. El amor ágape es la naturaleza misma de esa nueva vida.
Veamos también lo que dice en 1ra de Juan, capítulo 4, versículos 7 y 8:
7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. (NBLA)
Puede ver que esta clase de amor es la marca del nuevo nacimiento. Una persona que haya nacido de nuevo lo tiene, la persona que no ha nacido de nuevo no puede tenerlo.
Pablo describe la siguiente fase de este proceso que imparte el amor divino en nosotros. Veamos Romanos 5:5, que ya hemos leído estas palabras pero hagámoslo de nuevo:
5 Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado
Después del nuevo nacimiento en esa naturaleza que se produce a través del nuevo nacimiento, el Espíritu Santo derrama la totalidad del amor de Dios en nuestros corazones. Estamos inmersos en amor, fuimos puesto en contacto con un suministro inagotable, del amor total de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Quiero enfatizar que esto es algo divino, es inagotable, es algo sobrenatural que solo el Espíritu Santo puede hacer.
Compare lo que dice Jesús en Juan 7, versículos 37 al 39:
37 En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: «Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba. 38 El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”». 39 Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
Puede ver el contraste. Primero, tenemos a un hombre sediento que no tiene lo suficiente para sí mismo, pero cuando el Espíritu Santo viene, ese hombre sediento se convierte en un canal de ríos de agua viva. Este es el amor de Dios derramado en nuestros corazones. No se trata del amor humano, no es una porción del amor de Dios, sino es la totalidad de Su amor, y nosotros somos sumergidos en el amor de Dios. El amor total e infinito de Dios en el Espíritu Santo tiene un canal por donde fluye. Un hombre sediento se convierte en un canal de ríos de agua viva.
Ahora quiero leer el capítulo famoso del amor, escrito por Pablo en 1ra. Corintios 13; al final del capítulo 12 dice:
“Y aun yo les muestro un camino más excelente”, 1 Corintios 12:31
Ese camino aún más excelente se describe en los primeros versículos del capítulo 13 y dice:
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor [agape], he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. 3 Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha
Es importante ver que todos los dones y manifestaciones del Espíritu Santo tienen la intención de ser canales o instrumentos del amor divino. Si no usamos esos dones y lo ponemos a disposición del amor de Dios, estaremos frustrando los propósitos de Dios. Podríamos tener todos los dones, pero seremos solo como metal que resuena, como un címbalo que hace ruido. No seremos nada sin el amor divino.
Pablo dijo en 1ra Corintios 13: 1: “Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe”.
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe
Cuando el Espíritu Santo llega, viene a nuestro corazón que fue purificado por la fe y que se ha vuelto a Dios. Más adelante es posible secarse, perder el propósito de Dios o no hacer un buen uso de lo que Dios nos ha dado. En ese caso sucede lo que dijo Pablo, llego a ser “como metal que resuena o címbalo que retiñe”. En efecto dijo: “no era así cuando recibí, pero al salirme del propósito, me convertí en eso y frustré el propósito de Dios’.
Quiero comparar eso con lo que dice Pablo en 1 Timoteo, capítulo 1, versículos 5 y 6. El objetivo de todo ministerio cristianos es el amor. El propósito de Dios para el cristiano es la expresión coherente del amor divino.
5 Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera. 6 Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería
Resumiré las tres fases de este proceso que nos imparte el amor de DiosPrimero: Es el nuevo nacimiento. Cuando nacemos de nuevo somos capaces de tener esa clase de amor ágape.Segundo: Es el derramamiento de la totalidad del amor de Dios en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Los inagotables recursos de Dios están a nuestra disposición.Tercero: La expresión de ese amor se logra en nuestra vida diaria a través de la disciplina y la formación del carácter.Es aquí cuando ese amor que viene de Dios se manifiesta a través de nosotros hacia los demás.
Recuerdo la primea vez que vi las Cataratas del Niagara, comparé esa gran cantidad de agua al amor de Dios cuando es derramado en nosotros. Luego pensé: “su propósito verdadero no se cumple solamente con su derramamiento. Su propósito se cumple solamente cuando ese poder es canalizado y usado para llevar luz, calor y energía a los habitantes de las varias ciudades más grandes del continente norteamericano”Así sucede con nosotros. Recibimos el amor de Dios cuando nacemos de nuevo, es derramado en nosotros por el Espíritu Santo, pero solo está disponible para otros seres humanos cuando lo canalizamos a través de nuestras vidas en disciplina y ejercitándolo.
Bueno, nuestro tiempo de hoy terminó. Regresaré mañana a la misma hora, para explicar abrirse al Espíritu Santo para recibirlo en su plenitud.
Código: RP-R061-104-SPA