Elevados a un nivel sobrenatural

Derek Prince
*Last Updated: diciembre de 2025
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Transcript
Me alegro de estar nuevamente con usted en el comienzo de otra semana para compartir más “Llaves para vivir con éxito”, llaves que Dios ha puesto en mis manos a través de muchos años de experiencia personal y de ministerio cristiano.
Esta semana continuaré con el tema que comencé la semana pasada “El Espíritu Santo en usted”. Pero primero, permítame decir “gracias” a aquellos de ustedes que me han estado escribiendo. Antes de terminar esta charla le daremos una dirección postal a la que puede escribir. Significa mucho para mí saber cómo este ministerio radial le ha estado ayudando y bendiciendo. Así que por favor tómese el tiempo para escribir, aunque sea solo una nota breve.
Ahora, volvamos a nuestro tema, “El Espíritu Santo en usted”.
En mis charlas anteriores expliqué el intercambio de las personas divinas que tomó lugar cuando Jesús completó su ministerio en la tierra. Primero, Jesús mismo regresó al cielo. Entonces desde el cielo, Él envió al Espíritu Santo para tomar su lugar con los discípulos en la tierra. Este intercambio se cumplió en el día de Pentecostés, el Espíritu Santo vino a los discípulos para ser su paracleto, esta palabra se deriva del griego y significa: “alguien que fue llamado a ponerse a su lado para ayudar, es quien aboga nuestra causa, que fortalece y nos da sabiduría”.
Hay varias maneras en que la palabra paracleto fue traducida: Consolador, intercesor, ayudador. En 1ra Juan capítulo 2:1 se traduce esta palabra por “abogado”. Esto tiene un tono legal. De todas maneras el Espíritu Santo vino a los discípulos para hacer todas estas cosas para ellos, por esta razón Jesús prometió que no los dejaría huérfanos sin que nadie los cuidara, Él les proveerá y los ayudará. También en términos de su promesa, Jesús mismo vino a los discípulos en el Espíritu Santo, sin limitarse al tiempo y al espacio. Mediante el Espíritu Santo, Él puede estar presente con su pueblo en todas partes y en cada lugar al mismo tiempo.
Al final de la semana pasada comencé a explicar las maneras específicas en que el Espíritu Santo nos ayuda. El primer punto que traté fue la revelación de la Palabra de Dios. Este es el Espíritu Santo que nos revela y transmite el entendimiento y el contenido de la Palabra de Dios y la Palabra de Dios es la Escritura, la Biblia y la palabra personal de nuestro Señor Jesús. El Espíritu Santo nos revela e interpreta a ambos.
Hoy voy a hablar de otro resultado fundamental de la venida del Espíritu Santo, de que somos elevados a un plano de vida sobrenatural. Hay dos versículos muy interesantes en Hebreos, capítulo 6:4 y 5, que describen a los cristianos según las normas del Nuevo Testamento, y leemos lo siguiente:
“4 Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero”
Aquí se enumeran cinco cosas acerca de los creyentes del Nuevo Testamento. Primero, fueron “iluminados”. Segundo, “probaron del don celestial”, yo creo que este se refiere al don de la vida eterna en Jesucristo. Tercero, “fueron hechos participes del Espíritu Santo”. Cuarto, “gustaron de la buena Palabra de Dios”. Es decir, la Palabra de Dios se convirtió en algo real y vivo para ellos. Y quinto, “gustaron de los poderes del siglo venidero”. ¿No es esta una frase maravillosa?
Esta es una frase maravillosa, todos los cristianos creemos que en la era venidera, funcionaremos de una manera totalmente diferente. Seremos liberados de muchas limitaciones en nuestro cuerpo físico, tendremos otra clase de cuerpo y un estilo de vida totalmente distinto. Pero muchos cristianos no se dan cuenta de que por medio del Espíritu Santo podemos gustar un poco de ese estilo de vida ahora mismo en este mundo. Podemos "gustar... los poderes del siglo venidero". Sólo podemos gustar, no apropiarnos de ellos en su plenitud; pero podemos llegar a conocer un poco de lo que será el mundo venidero aun en esta vida.
Pablo usó una frase muy interesante con relación a esto. En Efesios, capítulo 1:13 y 14, describe a creyentes:
“13 En Él también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que nos es dado como garantía [arras] de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria.”
La palabra “garantía” [“arras” en otras versiones] es fascinante. El Espíritu Santo es el depósito de Dios en nosotros, ahora mismo, para la era venidera. Hice un estudio de la palabra utilizada aquí. En el griego es “arrabón” que en realidad es una palabra hebrea, también se usa en el árabe y en el idioma africano oriental.
Hace varios años, alrededor de 1946, cuando vivía en Jerusalén, tuve una experiencia muy interesante que ilustra muy bien el significado de la palabra “arrabón” o “depósito”. Mi primera esposa y yo fuimos a la ciudad Antigua a comprar telas para hacer unas cortinas. Vimos el material que queríamos, preguntamos cual es el mejor precio (y digamos que costaba $ 1.00 el metro). Entonces dijimos al comerciante: “Necesitamos 50 metros” y él nos dijo “les costará $50 “. Le contesté: “No tengo los cincuenta conmigo, le dejo $10 de depósito”. Ahora el material es mío, guárdemelo. No lo venda a nadie. Regresaré luego con el resto del dinero para retirar el material. Bien, esa palabra es “arrabón”.
El Espíritu Santo es el depósito del Señor en nosotros. El hace un pago inicial para la vida del siglo venidero en nosotros ahora. Cuando recibimos ese depósito somos como aquella tela para las cortinas. Somos apartados, y no seremos vendidos a ningún otro. Es la garantía de que él regresará con lo que falta para completar la compra. Pablo habla de la garantía [arras] de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios. Ya le pertenecemos, pero solo hemos recibido el pago inicial, el pago total está por venir.
El Espíritu Santo, él es el pago inicial de nuestra vida con Dios en la era venidera. Esta vida sobrenatural se extiende a todas las áreas de nuestra experiencia.
Quiero citar un pasaje de mi libro “El propósito de Pentecostés” que enfatiza esto. En este libro escribí lo siguiente:
“Si estudiamos el Nuevo Testamento con una mente abierta, tenemos que reconocer que la vida y experiencia total de los cristianos en la iglesia primitiva fueron saturadas en su totalidad de lo sobrenatural. Las experiencias sobrenaturales no fueron algo secundario o adicional, fue una parte integral de su vida total como cristianos. Sus oraciones y predicaciones fueron sobrenaturales. Fueron guiados y capacitados sobrenaturalmente. Se movieron sobrenaturalmente, y fueron protegidos de manera sobrenatural. Si elimina lo sobrenatural del libro de los Hechos y lo que queda es algo que no tiene sentido ni coherencia. Desde que cayó el Espíritu Santo en Hechos, del capítulo 2 en adelante, es imposible encontrar un solo capítulo donde el registro de lo sobrenatural no desempeñe un papel importante.”
En el relato del ministerio de Pablo en Éfeso en Hechos, capítulo 19:11 encontramos la expresión impresionante y digna de reflexión:
“11 Dios hacía milagros extraordinarios por mano de Pablo”
Considere las implicaciones de esa frase “milagros extraordinarios”. En el griego podría traducirse con alguna libertad: “milagros que no ocurren todos los días”. Los milagros ocurrían todos los días en la iglesia primitiva. Generalmente no hubiera causado sorpresas o comentarios especiales. Sin embargo, los milagros concedidos en Éfeso por medio del ministerio de Pablo eran tales que aún la iglesia primitiva los consideró dignos como para escribirse de manera especial.
¿En cuántas iglesias de hoy encontraríamos ocasión de usar la frase “milagros extraordinarios”, es algo que no sucede todos los días? ¿En cuántas iglesias de hoy ocurre alguna vez un milagros-ni hablamos de todos los días?”
Un área en que lo sobrenatural se manifiesta particularmente en las vidas de los cristianos primitivos, fue la dirección sobrenatural que recibían del Espíritu Santo. En Hechos 16, leemos acerca de Pablo y sus compañeros en su segundo viaje misionero. Ellos estaban en lo que hoy se llama Asia Menor y dice en el versículo 6:
“…habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia”
Luego dice:
“7 Cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús [este es el Espíritu Santo a través de Jesús] no se lo permitió.”
Ellos intentaron ir hacia el oeste y el Espíritu Santo no se lo permitió. Entonces decidieron ir al nordeste y el Espíritu Santo dijo: “NO”. Hechos 16:8-10 continúa:
“8 Entonces pasando por Misia, descendieron a Troas [eso era al noroeste}. 9 Por la noche se le mostró a Pablo una visión: un hombre de Macedonia estaba de pie, suplicándole: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». 10 Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio [Macedonia].”
Este es un incidente muy significativo y es nuestro ejemplo de la intervención sobrenatural y el señorío del Espíritu Santo. Habría sido natural para ellos, por su posición geográfica, ir al Oeste hacia Asia, o al Noreste hasta Bitinia. No fue normal ir al Noroeste y cruzar hasta llegar al continente europeo. Sin embargo, si miramos atrás a la historia subsecuente de la iglesia, veremos que el continente de Europa desempeñó un papel muy importante para preservar el evangelio durante la Edad media. Segundo, durante muchos años pasó a ser un continente principal que envió la Palabra de Dios a otras naciones. Dios tuvo un propósito soberano que abarcaba muchos siglos futuros. Pablo y sus compañeros no podrían haberlo descubierto por el razonamiento humano, pero mediante la dirección sobrenatural del Espíritu Santo ellos entraron precisamente en el pleno propósito de Dios. Toda la historia fue afectada por esa dirección del Espíritu Santo en sus vidas que fue sobrenatural.
Eso es solo un simple ejemplo, entre muchos, de la intervención sobrenatural del Espíritu Santo en las vidas de los cristianos de la iglesia primitiva.
Nuestro tiempo de hoy terminó, regresaré mañana a la misma hora, para continuar hablando de la manera especial, y sobrenatural en que el Espíritu Santo nos ayuda a orar.
Código: RP-R061-101-SPA