¿Qué ocurrió el día de Pentecostés?

Derek Prince
*Last Updated: diciembre de 2025
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Me alegro de estar nuevamente con usted para continuar nuestro estudio del tema de esta semana “El Espíritu Santo en usted”.
En mi charla de ayer hablé del Espíritu Santo en la vida de Jesús, establecí tres puntos básicosPrimero, Juan el Bautista presentó a Jesús como el que bautiza en el Espíritu Santo. Esa fue su presentación peculiar a Israel.Segundo, el Espíritu Santo fue la fuente de poder de todo el ministerio y enseñanza de Jesús. El dependía totalmente del Espíritu Santo.Tercero, Jesús prometió a sus discípulos que cuando El mismo regresara al cielo, enviaría al Espíritu Santo en su lugar como su representante personal para que fuera el “paracleto” de ellos, su consejero, consolador, o ayudador.
Hoy quiero considerar el cumplimiento de esta promesa que hizo Jesús. En particular examinaré este hecho maravilloso cuando el Espíritu Santo descendió en el día de Pentecostés. Como muchas promesas de la Biblia, esta promesa del Espíritu Santo no fue completamente realizada en un solo acontecimiento, más bien tuvo un desarrollo continuo de varias fases. La primera fase sucedió en lo que llamamos domingo de Resurrección, que fue el día de la resurrección de Jesús. Esto es lo que dice en Juan 20: 19 al 22:
19 Entonces, al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo*: Paz a vosotros. 20 Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado [les demostró que El era el mismo que ellos habían visto crucificado]. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor. 21 Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío. 22 Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo*: Recibid el Espíritu Santo. (NBLA)
Note esta última declaración “sopló, y les dijo. Recibid el Espíritu Santo”. El versículo 22 hace una importante declaración. La palabra griega traducida Espíritu es “pneuma”, también significa “aire” o “viento”. Este acto de soplar sobre ellos estaba relacionado con las palabras que El pronunció “sopló sobre ellos, y les dijo: “Recibid - el aliento santo - el Espíritu Santo. – el soplo de Dios -”
Yo creo que esta fue una de las fases más críticas y decisivas en todo el desarrollo del propósito redentor de Dios. ¿Qué sucedió en ese momento dramático? Primero, en ese momento los discípulos entraron en lo que yo llamo la salvación del Nuevo Testamento, en Romanos, capítulo 10, versículo 9, Pablo plantea los requisitos básicos para la salvación. Él dijo:
9 que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo;
Entonces, ese fue el primer momento en que los discípulos realmente creyeron que Dios levantó a Jesús de entre los muertos. Hasta ese momento, ellos no podían entrar a la salvación como está presentada en el Nuevo Testamento. En esa ocasión, cuando confesaron a Jesús como Señor y creyeron que Dios lo había levantado de los muertos, fueron salvos conforme a lo que el Nuevo Testamento lo establece.
El segundo punto es que entonces ellos fueron regenerados, es decir nacieron de nuevo. Ellos llegaron a ser una nueva creación por el soplo de Dios. Cada uno de ellos pasaron de la vieja creación a la nueva mediante el soplo de Dios sobre ellos. Para entender esto, debemos ir a la descripción de la creación original del hombre en Génesis capítulo 2:7 que dice:
Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser[ viviente. [o un alma viviente].
La creación original tuvo lugar cuando Dios sopló el aliento del Espíritu de vida, [el Espíritu Santo], en aquella imagen de barro que se hallaba tendida en el suelo. El aliento de Dios, el Espíritu Santo, transformó aquella figura de barro en un alma viviente. El pasaje en Juan, sin embargo, habla de la nueva creación descrita por Pablo en 2 Corintios 5:17:
17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es
En la nueva creación del hombre, Jesús es el Señor y Salvador resucitado que ha conquistado al pecado, a la muerte, al infierno y a Satanás. Habiendo hecho esto, Él apareció a sus discípulos y sopló en ellos el aliento de la vida de resurrección. Un nuevo estilo de vida. Una vida que había triunfado sobre todas las fuerzas del mal, de la muerte y del pecado. A través de esa experiencia, los discípulos pasaron del antiguo orden y entraron en la salvación propia del Nuevo Testamento, siendo una nueva creación en Cristo, por el aliento de la vida de resurrección recibido de los labios de Jesús.
Sin embargo, es importante entender que aún después de esta experiencia del domingo de resurrección el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo todavía no había venido, la promesa del Espíritu Santo fue renovada 40 días después de ese gran hecho. En otras palabras, el total cumplimiento no había venido todavía. En Lucas 24:49 leemos lo que Jesús dijo a sus discípulos después de la resurrección:
49 Por tanto, Yo enviaré sobre ustedes la promesa de Mi Padre; pero ustedes, permanezcan en la ciudad (esa es Jerusalén) hasta que sean investidos con poder de lo alto
Aún está más explícito en Hechos 1:5, poco antes de su ascenso al cielo y casi cuarenta días después de su resurrección, Jesús les dijo:
5 pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.
Podemos ver que el hecho del domingo de resurrección no fue el cumplimiento total. Casi todos los teólogos y comentaristas de las Escrituras están de acuerdo en que el pleno y final cumplimiento ocurrió en el día de pentecostés, como se describe en Hechos, capítulo 2:1-4:
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar, 2 y de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados. 3 Se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.
Pentecostés fue la verdadera manifestación y cumplimiento real de la promesa. El Espíritu Santo descendió del cielo, en persona, en forma de un viento poderoso y llenó a cada uno de ellos individualmente y les dio una nueva expresión en una lengua sobrenatural que nunca habían conocido antes. Al final de este segundo capítulo de Hechos, Pedro da una explicación teológica de lo que había acontecido y dice lo siguiente acerca de Jesús:
32 »A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen.
Note, primero las tres personas de la Deidad están mencionadas en este versículo. Jesús, el Hijo, recibe del Padre el Espíritu Santo y lo derrama sobre los discípulos que esperaban en el aposento alto en Jerusalén. En ese punto, el cumplimiento final de la promesa de la venida del Espíritu Santo tuvo lugar. El Espíritu Santo mismo fue enviado del cielo por el Padre y el Hijo y descendió sobre los discípulos que esperaban en el aposento alto en Jerusalén.
A este punto, Jesús no solo ha resucitado sino que también ha sido exaltado y glorificado. Recuerde, además, que en Juan capítulo 7:39, el escritor del Evangelio había señalado que la promesa del Espíritu Santo no podía cumplirse hasta que Jesús hubiera sido glorificado.
Nos hallamos frente a dos domingos dramáticos y maravillosos. El primero es el Domingo de Resurrección, donde tenemos a Cristo resucitado y el Espíritu impartido mediante el soplo del Señor.El segundo, es el domingo de Pentecostés, donde tenemos a Cristo glorificado y al Espíritu Santo que fue derramado.Recuerde, cada uno de estos es un modelo para todos los creyentes, aun en nuestros días. El domingo de Resurrección, el Cristo resucitado, el Espíritu impartido.El domingo de Pentecostés, el Cristo glorificado, el derramamiento del Espíritu.Y recuerde que estos son patrones para el creyente de hoy.
Ahora quiero resumir brevemente la importancia permanente de los acontecimientos que acabamos de examinar. En el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió a la tierra como una persona. Él es ahora el representante personal de la Deidad que reside en la tierra.Parece ser una ley, que no puedo explicar, que solo una persona de la Deidad puede residir en la tierra en cualquier tiempo dado. Por algunos años fue Jesús el Hijo. Pero cuando Jesús regresó al cielo, El prometió que otra persona vendría en su lugar, que permanecería con nosotros para siempre y no solo por unos breves años. Esa promesa fue cumplida en el día de Pentecostés. Jesús, el Hijo, como persona, había regresado al Padre en el cielo. Luego, enviado por el Padre y del Hijo juntamente, el Espíritu Santo vino a tomar el lugar de Jesús.
¿Dónde reside ahora el Espíritu Santo? … Bien, le daré dos respuestasLa primera, Él vive en la iglesia, el cuerpo colectivo de Cristo. En 1 Corintios 3:16 Pablo dice:
16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
Pablo aquí se refiere al templo colectivo del Espíritu Santo el pueblo de Dios en la tierra, la iglesia de Jesucristo.
La segunda, en 1 Corintios 6: 19, Pablo dice algo aún más dramático. El revela que no solo el cuerpo colectivo de Cristo es la morada del Espíritu Santo, pero el propósito de Dios es que el cuerpo de cada creyente sea también la morada del Espíritu Santo.En 1 Corintios 6:19, Pablo dice:
19 ¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?
¡Esta es una de las declaraciones más sorprendentes que se puede encontrar en la Biblia! Si somos creyentes en Jesucristo, mi cuerpo físico y el suyo es la morada de Dios, del Espíritu Santo; la persona del Espíritu Santo mora en nuestros cuerpos físicos. Ese es Su templo, allí es donde El mora.
Bueno, nuestro tiempo de hoy terminó. Regresaré mañana a la misma hora para explicar el significado del Espíritu Santo como nuestro paracleto, nuestro consolador, intercesor, y nuestro ayudador.
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