Me alegro de estar nuevamente con usted en el comienzo de otra semana, en la que estaré compartiendo más “Llaves para vivir con éxito”, llaves que Dios ha puesto en mis manos a través de muchos años de experiencia personal y de ministerio cristiano.

El tema de mis charlas de esta semana es “El Espíritu Santo en usted”. Es un tema de vital importancia para cada creyente.La persona y la obra del Espíritu Santo es una de las revelaciones más profundas y distintivas en toda la Biblia. A través de él recibimos un tipo de conocimiento que no recibiríamos de ninguna otra manera. Una de las revelaciones importante de la Biblia, es la naturaleza de Dios. La Biblia revela un misterio que no podríamos conocer a través de ninguna otra fuente. El misterio es que Dios es uno y a la vez más que uno. Tres personas pero solo un Dios. Las tres personas reveladas en las Escrituras son: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En estas charlas hablaré del Espíritu Santo. Lo primero que se debe entender es que, así como el Padre y el Hijo, el Espíritu Santo es una persona. Debido a los paralelos humanos es comparativamente fácil darnos cuenta de que Dios el Padre es una persona, y que Dios el Hijo es una persona, pero no es tan fácil entender inmediatamente que el Espíritu Santo es una persona.Sin embargo, esto es revelado claramente en las Escrituras, no hay nada oculto para Dios, a través del Espíritu Santo, Él está presente en todas partes a la vez. En términos teológicos significa que Dios es omnisciente y omnipresente, respectivamente. Por medio del Espíritu Santo Dios lo sabe todo, no hay nada que esté escondido de Él y por medio del Espíritu Santo, Dios está presente en todas partes al mismo tiempo.

Esto se revela en varios pasajes de las Escrituras. Por ejemplo, en Jeremías, capítulo 23, versículos 23 y 24, Dios dice:

“23 »¿Acaso soy Yo un Dios solo de cerca», declara el Señor,«Y no un Dios de lejos?».24 «¿Podrá alguien esconderse en esconditesDe modo que Yo no lo vea?», declara el Señor.«¿No lleno Yo los cielos y la tierra?», declara el Señor.”

Note la última pregunta, Dios llena el cielo y la tierra, no hay lugar en que Dios no está. No hay lugar donde ocurran cosas que Dios no conoce. Esto está revelado muy bien en los primeros versículos del Salmo 139, leeré esos doce versículos tan hermosos:

“1 Oh Señor, Tú me has escudriñado y conocido.2 Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; Desde lejos comprendes mis pensamientos.3 Tú escudriñas mi senda y mi descanso, Y conoces bien todos mis caminos.4 Aun antes de que haya palabra en mi boca, Oh Señor, Tú ya la sabes toda.5 Por detrás y por delante me has cercado, Y Tu mano pusiste sobre mí.6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;Es muy elevado, no lo puedo alcanzar.7 ¿Adónde me iré de Tu Espíritu, O adónde huiré de Tu presencia?8 Si subo a los cielos, allí estás Tú;Si en el Seol preparo mi lecho, allí Tú estás.9 Si tomo las alas del alba, Y si habito en lo más remoto del mar,10 Aun allí me guiará Tu mano,Y me tomará Tu diestra.11 Si digo: «Ciertamente las tinieblas me envolverán, Y la luz a mi alrededor será noche»;12 Ni aun las tinieblas son oscuras para Ti, Y la noche brilla como el día.Las tinieblas y la luz son iguales para Ti.”

¡Que lenguaje más hermoso! ¡Que revelación maravillosa de la grandeza y de la sabiduría de Dios! La presencia de Dios satura todo el universo. No hay donde alguien pueda esconderse de Dios, no hay distancia que lo separe de él, no hay oscuridad que lo oculte de Él. Dios está en todas partes, en todo el universo. Él conoce todo lo que sucede en todas partes. La clave que revela el secreto está en el versículo 7, donde dice el salmista “¿A donde me iré de tu Espíritu, O adonde huiré de tu presencia?”. Este es un ejemplo típico de la poesía hebrea en que las dos partes del versículo dicen esencialmente lo mismo. La presencia de Dios en el universo es su Espíritu Santo. A través el Espíritu Santo, Dios está presente en todas partes y sabe todo lo que sucede en el universo al mismo tiempo.

El Espíritu Santo ha estado activo desde la creación. El salmista nos habla del proceso mismo de la creación en el Salmo 33, versículo 6:

“6 Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos,Y todo su ejército por el aliento de Su boca.”

Allí donde dice “aliento”, en el hebreo literalmente dice “espíritu”. Es decir que, los dos grandes agentes de la creación que dieron existencia a todo el universo fueron la Palabra de Dios y el Espíritu del Señor, o el Espíritu Santo. Si vamos a los primeros versículos de la Biblia que describen la creación veremos esto revelado en más detalle. Génesis capítulo 1, versículos 2 y 3:

“2 La tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.”

Que ilustración más hermosa es esta. La presencia del Espíritu de Dios estaba sin forma allí en las tinieblas, en el vacío, y en lo deshabitado. Vemos allí la expresión “se movía sobre la superficie” que sugiere el revoloteo de un ave. Muchas veces en las Escrituras, el Espíritu Santo es identificado como la paloma celestial.Aquí tenemos la paloma celestial, el Espíritu Santo moviendo sus alas sobre las tinieblas, sobre las aguas, donde todo estaba desordenado y vacío.

El versículo 3 dice:

“Entonces dijo Dios: «Sea la luz». Y hubo luz.”

Aquí están otra vez, los dos agentes en la creación, el Espíritu de Dios y la palabra de Dios. Cuando ambos se unieron, se efectuó la creación. Al estar allí el Espíritu de Dios y la Palabra de Dios, entonces fue hecho algo nuevo, en este caso la luz. La luz entró en existencia, formada por el Espíritu y por la Palabra de Dios.Note que el Espíritu Santo ha estado obrando en el universo desde la creación, siempre ha estado presente en todas partes del universo. En cierto sentido es el agente eficaz y activo de la Deidad.

El Espíritu Santo inspiró e impartió poder a todos los hombres en el Antiguo Testamento. La lista es muy larga para dar todos los nombres, pero consideremos varios ejemplos.

El primero es Bezalel, el hombre que diseñó y creó todos los muebles para el arca y el tabernáculo de Moisés. Esto es lo que dice el Señor en Éxodo 31:2 y 3:

“2 «Mira, he llamado por nombre a Bezalel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. 3 Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte.”

Fue el Espíritu de Dios al llenar a Bezalel que le dio la habilidad para producir una obra tan excelente y creativa. Siempre me ha impactado que él sea el primer hombre en la Biblia de quien se dice que fuera lleno del Espíritu de Dios. El resultado, en este caso fue la destreza para crear arte. Eso le da un gran valor al arte.

Luego leemos acerca de Josué en Deuteronomio 34: 9:

“9 Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, [y esa es otra manera para referirse al Espíritu de Dios] porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los israelitas le escucharon [a Josué] e hicieron tal como el Señor había mandado a Moisés.”

Josué fue el gran líder militar que conquistó la tierra prometida y lo hizo porque estaba lleno del Espíritu de Dios.

Leemos acerca de Gedeón, en Jueces 6:34:

“4 Y el Espíritu del Señor vino sobre Gedeón, y este tocó la trompeta y los de Abiezer se juntaron para seguirlo.”

El Espíritu del Señor vino sobre Gedeón y lo llevó a ser el líder poderoso. Antes de eso él era un joven tímido que se refugiaba en un lagar e incapaz de hacer nada eficazmente. Pero fue transformado por el Espíritu de Dios que vino sobre él.

Además, leemos acerca de David, el gran rey y salmista en 2 Samuel 23, versículos 1 y 2. David dijo lo siguiente:

“1 Estas son las últimas palabras de David«Declara David, el hijo de Isaí,Y declara el hombre que fue exaltado,El ungido del Dios de Jacob,El dulce salmista de Israel2 El Espíritu del Señor habló por mí,Y Su palabra estuvo en mi lengua.”

Tenemos esos Salmos hermosos de David porque, “El espíritu del Señor habló por mí y Su palabra estuvo en mi lengua”. Note otra vez, el Espíritu de Dios y la Palabra de Dios.

Pedro resume el ministerio de todos los profetas del Antiguo Testamento en 2 Pedro, capítulo 1:21:

“21 pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios.”

Todo profeta que trajo un mensaje verdadero de Dios nunca habló por iniciativa propia, por su propio razonamiento, o entendimiento, sino que fue inspirado, impulsado o llevado por el Espíritu Santo. Eso hizo que su mensaje fuera más que humano; lo que resultó ser un mensaje de Dios mismo.

Al mirar el ejemplo de estos y muchos otros hombres más, llegamos a la conclusión de que en el Antiguo Testamento todos los hombres que sirvieron a Dios aceptable y eficazmente lo hicieron solo por el poder y la inspiración del Espíritu Santo. Con seguridad esa es una lección para nosotros. Si ellos, no pudieron servir a Dios eficazmente sin el Espíritu Santo, nosotros tampoco podríamos lograrlo.

Nuestro tiempo de hoy ha terminado, regresaré mañana a la misma hora, para hablar del Espíritu Santo en la vida de Jesús.

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