Me alegro de estar nuevamente con usted para compartir las preciosas verdades de la Escritura.

El título de mis charlas esta semana son “Los doce pasos para un buen año”. Estos fueron diseñados especialmente para ayudarlo a encontrar la suprema voluntad de Dios en este Año Nuevo. Mis charlas están basadas en la epístola a los Hebreos, doce veces en esta epístola se encuentra las palabras “por tanto”. Estas palabras indican una decisión que solo se pueden llevar a cabo justamente cuando nos unimos con nuestros hermanos creyentes. Si las unimos constituyen doce determinaciones que todos necesitamos tomar en este año nuevo.

En mi charla de ayer dije que los hebreos tenían un trasfondo diferente de todos los otros creyentes del Nuevo Testamento. Ellos disfrutaban de ciertos privilegios. Primero estaban libres de la idolatría y del culto falso, esa idolatría de la que habían salido les daba una libertad, la tenían como herencia en la ley de Moisés. Segundo, tenían conocimiento de todas la Escritura del Antiguo Testamento, la ley, los Salmos, Proverbios, los Profetas y los libros históricos. Tercero, estaban familiarizados con el templo, sus sacrificios, su adoración; todas las cosas que hablaban en varias manera de la naturaleza del verdadero Dios y de cómo adorarle. Pero de muchas maneras los creyentes hebreos no se habían beneficiado de esos privilegios. Por el contrario, habían sido adormecidos en un falso sentido de seguridad que su condición espiritual no justificaba. Como resultado la epístola a los Hebreos contiene más advertencias sobrias contra el peligro en alejarse de Dios que ningún otro libro del Nuevo Testamento. Las advertencias para no desviarse, la incredulidad, la negligencia, la pereza, etc.

Ayer sugerí que la situación de muchos cristianos no judíos de hoy es similar a la de los creyentes hebreos en el tiempo del Nuevo Testamento. Mucho tiempo hemos disfrutado de los privilegios y beneficios especiales, pero a menudo no ha producido el fruto que Dios requiere en nuestras vidas. En este tiempo necesitamos oír estas advertencias para no desviarnos, contra la incredulidad, la negligencia y la pereza.

Hoy voy a tocar la primera de estas determinaciones, “por tanto” de Hebreos. Este primer punto podría tomarnos por sorpresa si no entendiéramos el trasfondo de la condición espiritual de los hebreos. Pero a la luz de este historial, vemos que es muy apropiado, y en realidad es absolutamente necesaria. Esta primera resolución se encuentra en Hebreos 4:1:

Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en Su reposo, alguno de ustedes parezca no haberlo alcanzado. (NBLA)

Esta es pues la primera decisión: Por tanto, temamos. ¿Puede ver por qué? Debido a su arrogancia, debido a su estabilidad falsa porque no aprovecharon todos los privilegios ni las bendiciones que en cierto nivel habían disfrutado.

Hebreos les da también un ejemplo específico de “porqué temer” y este fue tomado del pueblo de Israel en el pasado. Está basado en la experiencia de los israelitas en su marcha por el desierto, cuando iban de Egipto a la tierra prometida y trata de lo que Dios les dijo allí. Es una cita de los Salmos de lo que Dios le hablo a Israel con relación a su actitud y conducta en ese tiempo de andar errante por el desierto. Estas son las palabras en Hebreos 3, del versículo 7 al 15:

7 Por eso, como dice el Espíritu Santo«Si ustedes oyen hoy su voz,8     no endurezcan el corazóncomo sucedió en la rebelión,    en aquel día de prueba en el desierto.9 Allí sus antepasados me tentaron y me pusieron a prueba,    a pesar de haber visto mis obras cuarenta años.10 Por eso me enojé con aquella generación,    y dije: “Siempre se descarría su corazón,    y no han reconocido mis caminos”.[Esta es una verdad interesante, Dios había sacado a toda esa generación de Egipto haciendo muchas maravillas; sin embargo, Dios se enojó con ellos debido a su conducta posterior. Y la Escritura continua y Dios es el que habla] - Por tanto, juré en mi ira11 Así que, en mi enojo, hice este juramento    “Jamás entrarán en mi reposo”». [Ahora sigue la aplicación]12 Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. 13 Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 14 Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio. 15 Como se acaba de decir: «Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión» (NVI)

Esta es pues la esencia de la advertencia “no endurezcan el corazón”.

¿En qué fue falló esta generación exactamente? … El pasaje lo dice claramente. Hubo un fracaso básico, no oyeron la voz de Dios. Estaban contentos cuando recibieron las cosas a través de Moisés. Tenían una forma de religión. Tenían un tabernáculo, los diez mandamientos, el sacerdocio, los sacrificios y las varias leyes ceremoniales de higiene, pero con todo eso se perdieron lo esencial. Estaban satisfechos con lo externo y perdieron lo que los hubiera salvado del desastre. Lo único que los hubiera llevado al descanso que Dios tenía para ellos. ¿Cual fue lo grave? … No oyeron la voz de Dios.

La primera determinación que hemos visto en Hebreos 4:1 dice… “Por tanto” “oigamos”. En otras palabras, no está limitada a los israelitas en el desierto. Ellos están allí como un ejemplo y advertencia de algo aplicable para nosotros hoy, “Por tanto” temamos. ¿Qué se debe temer? … la razón está muy clara en el contexto. Tenemos que ser temeroso, debemos estar vigilante, debemos tener mucho cuidado y no cometer el mismo error que los israelitas hicieron en el desierto. Es errar al enfocarnos en lo externo, perdiendo la importante realidad interna; esa realidad interna es oír la voz de Dios. Este principio está en toda la Biblia. La condición esencial y básica para tener una buena relación con Dios es oír su voz. Jesús nos dice lo mismo a nosotros como a sus discípulos en el Nuevo Testamento. Dice en Juan 10:27:

Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen. (NBLA)

Yo creo que esta es la descripción más sencilla y clara en el Nuevo Testamento de lo que es un cristiano. Cuando Jesús dice “mis ovejas”, hablando de quienes realmente creen en Él, a los que Él conoce y acepta, siendo Él buen pastor. Hay dos cosas que dice de ellos. Primero, muy sencillo: Mis ovejas oyen mi voz; Segundo: Me siguen

Esto es cierto de todo cristiano verdadero. Oyen la voz del Señor y lo siguen. Es imposible seguir al Señor sin oír su voz. El modelo del pastor oriental y sus ovejas es muy claro. Las ovejas siguen al pastor porque oyen su voz. Si no oyeran su voz no lo seguirían, no podrían seguirlo. Es esencial entonces oír la voz de Jesús y seguirlo. El peligro es que cometamos el mismo error de Israel en el desierto y estemos demasiado preocupados con lo externo, con lo religioso, con las ceremonias, con la ley, y perder lo básico, lo esencial: que es escuchar la voz de Dios.

Quiero enfatizar la importancia de aprender a oír la voz del Señor. No se trata de reglas religiosas. Ni de leer la Biblia solamente, aunque es bueno. Tampoco se trata de orar, se trata de tener una relación íntima y personal con el Señor, de tal manera que Él pueda hablarle directa y personalmente, sea por medio de la Biblia o por otros medios. Jesús no dijo “mis ovejas leen la Biblia”. Está muy bien leer la Biblia si en esto oye la voz del Señor, pero créame que hay muchísima gente que lee la Biblia y no oye la voz del Señor. Lo esencial es que usted oiga la voz del Señor.

Le voy a hacer una promesa, si usted da este primer paso en este año nuevo cuando finalice el año, será una persona mejor. Por lo tanto, por favor acepte esto como su primera determinación, “Por tanto, temamos”. No sea que cometamos el mismo error que Israel cometió. Cultivemos en escuchar la voz del Señor.

Nuestro tiempo de hoy terminó, regresaré mañana a la misma hora, para continuar con nuestro tema “Los doce pasos para un buen año”, mañana daremos el segundo paso.

Como
Compartir