Me alegro de estar nuevamente hoy con Ud. Mi charla de hoy será la última de la serie “Como tener un matrimonio exitoso” en mis charlas previas expliqué de acuerdo con el plan o patrón de Dios, el matrimonio es un pacto en el que ambas partes, entregan sus vidas el uno por el otro, y luego viven una nueva vida a través del otro; ayer hablé del tema de las “falsedades que nos defraudan”, sustitutos humanos que no producen el resultado de Dios. Hoy hablaré acerca de las funciones del esposo y de la esposa la contribución especial que cada uno hace a la relación total; por supuesto hablaré en forma resumida, pero creo que será útil; empezaré con la función del esposo, como lo veo en las escrituras, el esposo tiene tres responsabilidades básicas hacia su esposa:

Primero, ser la cabeza,Segundo, proveer y,Tercero, proteger.

Hablemos primero del esposo como cabeza; Pablo dice en Primera de Corintios 11, 3

El varón, es decir el esposo, es la cabeza de la mujer, o de la esposa;

¿Qué significa ser la cabeza?, yo diría que implica la responsabilidad final de tomar decisiones y de dar dirección, obviamente la figura de la cabeza es tomada del cuerpo físico y como lo entiendo yo la manera como Dios lo ha ordenado en mi cuerpo físico. Las decisiones y la dirección vienen de la cabeza. Todas las partes del cuerpo pueden comunicarse con la cabeza a través del sistema nervioso y de otras maneras, pero la cabeza es responsable de tomar las decisiones y de dar dirección. Yo creo que esa es la responsabilidad fundamental del hombre, tomar decisiones y dar dirección. Y creo que en ésta es el área donde la iniciativa debe estar en el hombre, le hablaré muy franca y sencillamente por un momento; en la relación física Dios ha ordenado que no funcione a menos que el hombre tome la iniciativa. Ésa es una simple verdad de la naturaleza y de la fisiología que no puede ser cambiada; yo creo que ese es un patrón que Dios quiere en cada aspecto de la relación; la iniciativa debe venir del hombre.

Ahora hablemos del hombre como proveedor, Pablo dice en Primera de Timoteo 5, 8 ….

Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.

Y eso es un lenguaje muy fuerte, decir que alguien es peor que un incrédulo, y que ha negado la fe cristiana. ¿De qué clase de persona habla Pablo? Habla de un hombre que no provee para su esposa y para su familia; es una verdad muy triste pero hay muchas personas, que andan por allí enseñando las escrituras, predicando y haciendo lo que yo llamo “una actuación espiritual”, pero cuando uno examina la raíz de todo no han provisto para sus propias familias; y la Biblia dice que eso es peor que ser incrédulo. La provisión es por supuesto principalmente financiera, es ganarse el sustento; sin embargo, yo no creo que la provisión del esposo para su esposa esté limitada a lo financiero. Yo creo que él es responsable de todo su bienestar, físico, emocional, social y cultural. El debe velar por que todas sus necesidades legítimas, sean suplidas; Pablo dijo en ese pasaje que citamos antes, que la mujer es gloria del varón; en otras palabras si quieres saber ¿Qué tan exitoso es un hombre?, mira a su esposa, ella es la evidencia; y cuando una esposa ha sido provista en cada área de su vida física, emocional, social y cultural, en realidad ella será la gloria de su esposo.

La tercera responsabilidad del hombre es la de proteger, Pedro dice en Primera de Pedro 3:7…

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Eso es uno de los pasajes en que la Biblia es contraria a los pensamientos de la mayoría de las personas porque, la actitud del hombre natural es, si alguien es débil hay que dominarlo, uno puede hacer lo que quiere, puede forzar sus deseos; pero las escrituras dicen solo que la mujer es frágil y ésa es la razón para no dominar, sino para honrar.

Pedro dice que el esposo y la esposa son herederos de la gracia de la vida, coherederos. Esto es muy significativo porque en el sistema legal del tiempo bíblico, cuando dos personas eran coherederos, ninguna de las dos podía reclamar la herencia sin la otra; el requerimiento para su herencia dependía de que trabajaran y se movieran juntos hacia su herencia; eso es cierto del esposo y la esposa. Hay muchas cosas en la provisión de Dios que una esposa y un esposo no pueden reclamar para sí; solo cuando aprenden a fluir juntos y armonizar, es que se hace accesible a la provisión total de Dios. Así que es la responsabilidad del esposo proteger a su esposa, ponerse entre ella, y toda presión, todo golpe, y todo lo que la quebrantaría. Quiero decirles a los esposos cuanto más protejan a sus esposas, cuanto más gozo y satisfacción recibirán de ellas; esposos vale la pena invertir en sus esposas.

Ahora hablaré de las esposas, cual es su contribución a un matrimonio exitoso? En primer lugar en la Escritura donde Dios presenta el tema del matrimonio, en Génesis 2, el describe lo que quiere que una esposa sea,” una ayuda idónea”; yo creo que eso resume el propósito de Dios para la esposa; que sea la ayuda idónea para su esposo. Le sugiero dos maneras principales en que una esposa puede ayudar a su esposo: La primera, es apoyar; la segunda es animar.

¿Cómo puede una esposa apoyar a su esposo?, creo que la manera más fácil de entender eso es imaginarse el cuerpo físico; como dije la cabeza es la parte del cuerpo que dirige y que toma las decisiones; sin embargo la cabeza no se sostiene sola, la cabeza depende totalmente del resto del cuerpo para ser apoyada, sostenida y alimentada Hay una parte del cuerpo que está particularmente cerca de la cabeza y por supuesto es el cuello; y le sugiero a las esposas que en cierto sentido se consideren el cuello; la parte que es inmediatamente responsable de sostener la cabeza, su esposo. Y si tal vez considera esto poco, recuerde que, alguien dijo: que el cuello es el que determina en qué dirección se moverá la cabeza; hay mucha verdad en eso.

Segundo, su siguiente función y se relaciona mucho con la primera, es animar; no puedo expresarle lo importante que es para un hombre volverse hacia su esposa para que lo anime, puedo recordar tiempos en el pasado en mi Ministerio cuando me sentía fracasado, otras personas pensaban lo mismo; pero le doy gracias a Dios, de que mi primera esposa Lidia, nunca, ni de ninguna manera me sugirió que yo era un fracasado. Cuando yo estaba desalentado, ella me alentaba, me animaba, recuerdo que una vez temprano en mi Ministerio que no quería volver a predicar, me acosté totalmente desanimados, me levanté a la siguiente mañana sintiéndome bien, listo para continuar, mi esposa había pasado toda la noche orando por mí. No puedo agradecerle a Dios suficiente, por una esposa así.

Esposas si van a animar a sus esposos hay algo que se tiene practicar y se llama “Abnegación”, supongo que Ud. Se siente triste, aburrida, insatisfecha, descontenta con Ud. Misma, con su esposo, con su hogar, con sus hijos, con su auto, pero sabe que ese esposo está desanimado también, ¿Qué puede hacer? ¿Le dirá lo mal que se siente, que está triste, que necesita ánimo y ayuda? No, si Ud. Es buena esposa es allí donde tiene que negarse; tiene que suprimir su propio desánimo, sus emociones negativas y dedicarse a animar a su esposo; decirle lo bueno que es, lo mucho que lo ama, el bien que él le hace, escoja todo lo bueno, todo lo positivo y enfatícelo. Ud. Dirá, eso es pedir mucho, tal vez, pero le diré otra cosa, obtendrá mucho de eso; porque a la larga recogerá lo que siembra en su esposo.

Esas son las responsabilidades: la responsabilidad del esposo tiene tres aspectos, es ser la cabeza, proveer y proteger. La responsabilidad de la esposa se resume en ser la ayuda idónea, y dos maneras de ayudar son: apoyar y animar.

Al terminar mi charla de hoy quiero mencionar los dos fracasos más comunes del esposo y de la esposa; cuando un matrimonio fracasa es porque cuando uno o ambos fallaron en estas formas.

El fracaso del esposo es que, muy común en nuestra cultura de hoy, es renunciar a su responsabilidad, no ser la cabeza; a veces se puede percibir de una manera muy sutil, negativa y no visible, sin embargo es un fracaso.

El fracaso común de la esposa es análogo, es usurpar la responsabilidad, hacerse cargo de la dirección, y hay un peligro de un círculo vicioso en que el esposo continuamente renuncia a su responsabilidad, y la esposa continuamente se hace cargo de más y más responsabilidad. La única manera en que pueden recibir la gracia necesaria es a través del compromiso de pacto que Dios exige como base para el matrimonio.

Es tiempo de terminar, espero que mis charlas acerca de la relación en el matrimonio le hayan ayudado; regresaré en la próxima semana, de lunes a viernes, a la misma hora para hablar de otro tema rico y emocionante de las escrituras.

Como
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